La convivencia natural y educación de los niños además de ser un ejercicio de responsabilidad para los padres, a veces produce estrés y nos aporta cierta sensación de descontrol y malestar.
Pero, ¿qué ocurre cuando existen situaciones específicas que añaden dificultades en el desarrollo normal del niño? ¿Qué hacer cuando en casa nuestro hijo o hija presenta una actividad exagerada? Además, existen familias con necesidades específicas. Niños con Trastorno de Espectro Autista o con Déficit de Atención TDAH, requieren que padres y entorno familiar, manejen opciones de autoayuda.
Como alternativa natural a estas situaciones Ábaco Centro de Psicología Infantil, tiene en marcha una actividad que puede venir como anillo a dedo. Se trata del Taller de Yoga para Adultos y Niños. Una actividad apta para todas las edades así como para niños, padres, madres, abuelas, abuelos, hermanos, cuidadores o cualquier persona.
La práctica del Yoga es una actividad complementaria a la ayuda que psicológicamente se le esté dando al niño
El Taller de Yoga lo imparte Ángeles Rodríguez Cuesta, madre voluntaria que práctica junto con los alumnos, Yoga en un aula específica de alumnos con Trastorno de Espectro Autista en el colegio Benjumea Burín de Sevilla. Ángeles lleva un año impartiendo esta técnica y lo hace desde la experiencia vital al ser madre de un niño autista. Asegura que, “gracias al yoga, tanto su hijo como ella superan y afrontan cada día los retos que supone convivir con el autismo”.
Ábaco Centro de Psicología Infantil, ha adaptado el taller de yoga tanto para niños como para adultos.
Como explica Ángeles Rodríguez, en el caso de los más pequeños la iniciación y aprendizaje del yoga es a través del juego, con cuentos, logrando que los niños interactúen con los personajes que va planteando y utilizando en todo momento, un ambiente de relajación que facilita la expresión del niño y la total conexión mediante las emociones.
Según Ángeles Rodríguez, una sesión de Yoga equivale a una pequeña siesta con los consiguientes beneficios. Es decir, el yoga aporta serenidad a quien lo practica, ayuda a dormir, calma las emociones y y proporciona mayor control, muy aconsejable para padres y madres. Sobre todo si tenemos en cuenta que para que el niño aprenda a controlarse el adulto tiene que ser el reflejo del control.
Ángeles asegura que la práctica habitual y continuada del yoga es un mecanismo de cambio para mejor. Es un estimulo para seguir adelante y en ocasiones una alternativa a la medicina tradicional. Evitando incluso la medicación farmacológica. Es en definitiva, un foco de energía positiva.
En las sesiones de yoga para adultos, se adquieren destrezas como la relajación, aprender a respirar, eliminar tensiones y ayuda a afrontar con otra actitud cualquier adversidad o hándicap.
En este sentido, Ábaco Centro de Psicología Infantil, aconseja la práctica del Yoga por las innumerables ventajas que aporta tanto en niños sin problemas como en los casos en los que presentan algún síntoma o trastorno de comportamientos.