Mujer sosteniendo un cartel de burbujas de discurso en blanco con una mano mientras hace un gesto de silencio con la otra mano. Ella lleva un traje de dos piezas sin mangas y está de pie sobre un fondo gris liso, tal vez insinuando la pregunta que a menudo nos hacemos: ¿por qué con frecuencia quedamos roncos?

¿POR QUÉ NOS QUEDAMOS RONCOS CON FRECUENCIA?

Seguro que te has quedado sin voz alguna vez o, incluso, puede que te pase frecuentemente. La disfonía, o pérdida del timbre normal de la voz, es más común en los niños que en los adultos, sobre todo durante las prácticas deportivas caracterizadas por, chillidos, gritos…, donde se fija un patrón fonatorio incorrecto. Además, en niños muy nerviosos o muy activos, suele ser más frecuente que aparezca la disfonía, por lo que tener una rutina diaria tranquila, va a favorecer un adecuado uso de la voz.

 

En los adultos la disfonía suele ser más común entre los 30 y los 40 años y se da más en mujeres, ya que la laringe es más pequeña que en los hombres. Existen profesiones que presentan un mayor riesgo de padecer este trastorno vocal, como los profesores/as o trabajos de atención al público, aumentando el riesgo cuando la persona tiene que hablar en un ambiente ruidoso.

 

Si tenemos en cuenta algunas consideraciones, podemos evitar quedarnos roncos con frecuencia, o que una simple ronquera evolucione hacia un pronóstico más grave si no se trata adecuadamente.

Buscar un momento para estar tranquilos, es beneficioso tanto para los niños como para los adultos. El estrés, las prisas y la gran cantidad de actividades que tenemos durante el día, acaban afectando al control de la respiración y al uso que hacemos de esta durante el habla.

 

Debemos por tanto, evitar hablar gritando cuando estamos en habitaciones diferentes o estamos enfadados. La mayoría de las veces, lo hacemos de forma inconsciente y automática, pero debemos prestar más atención a este aspecto, ya que además, los niños aprenden estos modelos y los van a imitar en otras situaciones. Es mejor estar cerca de la persona con la que hablamos, mirando a los ojos y utilizando un tono de voz adecuado.

 

Por último, estar bien hidratados, evitar bebidas muy frías o muy calientes, cambios bruscos de temperatura o mantener una adecuada higiene postural, son otros factores importantes para tener en cuenta.

Ante la aparición de ronquera o si el niño fuerza la voz habitualmente, es conveniente tener un control periódico con el pediatra, o consultar con un logopeda y con el especialista en otorrinolaringología.

 

Fdo. Asunción Navajas Santos.

 

 

 


Sobre la autora:

Asunción Navajas Santos.

Logopeda. Col/29-1282

Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.

Técnico educación infantil.

Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología