Nos resulta más difícil comprender una frase que escuchamos, que cuando la leemos. El lenguaje oral es continuo y no están tan claras las diferencias entre las palabras que forman una frase. Otro factor que influye en la comprensión del lenguaje oral es el ruido ambiental. Tenemos que centrarnos en lo que nos están diciendo, inhibiendo otras conversaciones que están cerca o algún ruido que nos pueda distraer.
Desde que la información entra en el oído hasta que llega al cerebro es procesada a diferentes niveles. Un fallo en alguno de estos niveles puede ocasionar dificultades para percibir correctamente los sonidos del habla, influyendo negativamente en el desarrollo del lenguaje. Antes de percibir los fonemas que forman las palabras y así poder comunicarnos, percibimos características de estos sonidos: si es un sonido fuerte, si dura en el tiempo, si es rápido o lento, etc. Por eso, cuando empezamos a trabajar con un niño/a que presenta retraso o trastorno en el lenguaje, una de las primeras actividades u objetivos de trabajo es imitar o producir diferentes ritmos con instrumentos, ya que si no percibimos estas diferencias entre sonidos puede afectar también a la pronunciación y a la comprensión de palabras y frases.
Cuando escuchamos los sonidos, se activan áreas auditivas tanto en el hemisferio izquierdo como en el derecho. Sin embargo, sólo se activa el izquierdo cuando repetimos el sonido, sílaba o palabra que hemos escuchado. El mecanismo que se activa para repetir sílabas o palabras, es el mismo que actúa en la memoria operativa verbal o cuando se activa la vía subléxica, es decir, cuando accedemos al significado de una palabra uniendo los fonemas que la forman. Si el niño/a presenta dificultades para discriminar estos fonemas, va a tardar más en descifrar las palabras del mensaje, olvidando el contenido o lo que hemos dicho y provocando dificultades de comprensión.
Una vez que escuchamos la palabra en el hemisferio izquierdo, se activa otra zona que es la encargada de dar significado. En este caso también se activa esta área en el hemisferio derecho, pero no para acceder al significado, sino para darnos información del tono de voz, la emoción con la que la persona dice esa palabra, etc. Así, el trabajo conjunto de ambos hemisferios es importante para una correcta comprensión del lenguaje.
Cuando un niño/a presenta algún tipo de dificultad, como para comprender el lenguaje oral, es necesario determinar cuál es el problema de base para lograr que la intervención sea eficaz. Si comprobamos que el niño/a no realiza de forma adecuada la discriminación entre los fonemas, debemos trabajar este aspecto para así mejorar en tareas de comprensión de órdenes, entender cuentos o historias o las reglas de un juego. Así, una buena capacidad para comunicarse de forma oral es importante ya que favorece las relaciones sociales, mejora la comunicación, el rendimiento académico y aumenta las posibilidades de encontrar un trabajo.
Fdo. Asunción Navajas Santos.
Sobre la autora:
Asunción Navajas Santos.
Logopeda. Col/29-1282
Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.
Técnico educación infantil.
Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología