El hecho de que los hermanos se peleen, es una conducta frecuente en niños, sin embargo aunque puede ser algo normal, no quiere decir que los padres tengamos que aguantar esas peleas o que ya no podamos hacer nada para evitarlas. Las peleas pueden ser ocasionadas por varios motivos, aunque principalmente surgen por celos, rivalidad etc.. Otro de los motivos y en muchos casos el principal, es la propia convivencia, que genera en todos los seres humanos roces, al no estar de acuerdo siempre.
Pautas para actuar ante las peleas entre hermanos:
- Colocar en uno o varios lugares visibles de la casa, una cartulina donde vamos a escribir las normas de convivencia, lo que queremos y no queremos que se haga, y las consecuencias que tendrá el cumplir o no la norma. Entre las normas que podemos colocar estarían:
- Prohibido pegarse y/o insultar.
- Antes de actuar, reflexionar sobre lo que se va a hacer.
- Establecer pactos entre padres e hijos con el fin de evitar posibles disputas por juguetes, turnos de TV, turnos para Tablet o video consola etc.. o incluso por la atención de los padres.
- Practicar un trato de respeto: pedir perdón, dar las gracias, solicitar las cosas por favor etc…
- Dejar por escrito las consecuencias que tendrá incumplir las normas.
- Ante las peleas entre hermanos, intentar intervenir lo menos posible. Los padres no son ni juez ni parte en dichas peleas, por lo que deben ser ellos los que aprendan a solucionar sus propios problemas, aprendan a negociar y a gestionar sus propios conflictos. Esto también les ayudará en otros momentos, en los que también surjan conflictos fuera del entorno familiar.
El hecho de interceder en las peleas de nuestros hijos va a dar pie a que dichas peleas se terminen convirtiendo en una llamada de atención hacía los padres. Cuando no quede más remedio que intervenir, hacerlo de forma calmada, nunca perdiendo los nervios o incluso llegando a dar un azote o cate, si la norma es “no pegar”, no podemos incumplirla, principalmente cuando estamos intercediendo en una pelea.
- Jugar juntos tanto padres como hijos, a un juego de mesa o cualquier otro juego, estableciendo las condiciones antes de empezar a jugar así como las consecuencias. Hacer equipos padres contra hijos, para de esta forma, fomentar la cohesión entre ellos.
- Fomentar la convivencia de los hijos lejos de los padres lo más posible, que vayan juntos a un campamento, dormir fuera de casa los dos juntos, hacer actividades que favorezcan la relación y el entendimiento entre ellos.
- Dar a cada hijo el lugar que le corresponde, intentar cubrir la parte afectiva de cada uno por separado. Pasar un rato con cada uno a solas, sin su hermano/a. Esto le hará sentirse especial y reducirá los celos. No fomentar la rivalidad ni siquiera con cosas banales.
- Intentar no estar todo el día regañando o riñendo. Cuando los hermanos comiencen a pelearse, salirse del lugar donde se produce la pelea. Intentar no hablar no repetir demasiado las cosas. Los niños aprenden con hechos, no con charlas.
Fdo. Pilar Muñoz Alarcón.
Sobre la autora:
Pilar Muñoz Alarcón.
Psicóloga General Sanitaria.
Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.
Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).
Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.
Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).
Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.