En el artículo de esta semana vamos a seguir hablando del desarrollo del lenguaje de los 18 a los 24 meses. Durante este periodo de tiempo van a ser capaces de comprender órdenes sencillas, el significado de algunas formas verbales y de los pronombres. Un aspecto importante en este periodo es que empiezan a comprender frases fuera de contexto y palabras que se refieren a personas y objetos que no están presentes en ese momento. Se producen las generalizaciones, por ejemplo, la palabra gato se refiere a todos los gatos, no sólo al suyo, es decir, usa la misma palabra para referirse a objetos parecidos. Su vocabulario aumenta, usando verbos y adjetivos.
Igual que aumenta su vocabulario, aumenta su capacidad para comunicarse y para contar cosas que son importantes para el/ella o que son de su interés, como cosas que han visto o que han sucedido. Ahora nuestro papel es participar en su conversación ayudándole a darle forma. Podemos hacer preguntas para que recuerde información, por ejemplo, ¿Dónde vamos a ir esta tarde? ¿Qué vamos a ver en el parque? Si no contesta, lo haremos nosotros. Su capacidad para mantener la atención va aumentando, sobre todo en las situaciones de juego. En estas situaciones, debemos aprovechar para introducir palabras nuevas, manteniendo siempre su centro de interés y su foco de atención en ese momento.
De la misma forma que en etapas anteriores disfrutaba escuchando sonidos, canciones, estribillos, etc., todavía lo sigue haciendo, por lo que resulta atractivo para ellos/as seguir escuchando canciones, jugar con objetos sonoros y escuchar cuentos o historias, acompañados de imágenes, en las que aparezcan distintas voces. Los cuentos o libros con imágenes son muy útiles para asociar un sonido o un nombre con la imagen. Si lo hacemos de forma repetida, aprenderá que hay una relación entre ese sonido y la imagen. Aunque ya empieza a comprender los pronombres, es mejor seguir utilizando más los nombres, en frases cortas que diremos de forma lenta y dejando un tiempo entre frases y frase para que pueda comprenderlas mejor.
Sus frases van a ser cortas y muy sencillas. Podemos ayudarles repitiendo su frase y haciéndola más larga, pero sin corregirlo, por ejemplo, si dice coche cae, nosotros diremos si, el coche se cae de la silla. Es útil acompañar lo que decimos con gestos, sobre todo sin son palabras o expresiones nuevas para él/ella. También es importante repetir las palabras en los diferentes contextos en los que se utilizan.
Si en esta etapa pronuncia mal algunos sonidos, omite sílabas o desordena las frases, no le hagas saber que está cometiendo errores. Debemos repetir la palabra, sílaba o frase de forma correcta todas las veces que sea posible.
Sobre la autora:
Asunción Navajas Santos.
Logopeda. Col/29-1282
Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.
Técnico educación infantil.
Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología