Creo que de un día para otro va a empezar a hablar bien. ¿Cuánto va a durar esto? ¿Cuánto tiempo crees que será necesario? Mi hijo/ya está bien, ya no tiene dificultades.
Estas son algunas de las preguntas más frecuentes que se pueden escuchar cuando los padres llevan a su hijo/a a un logopeda. La preocupación de saber si el niño/a va a terminar hablando bien, con normalidad. La intriga de no saber cuanto tiempo va a necesitar para lograr superar sus dificultades y si lo hará algún día. Es normal que los padres se preocupen y quieran saber las respuestas a todas estas preguntas, pero, en la mayoría de los casos, se requiere tiempo y no se pueden dar todas estas respuestas de inmediato.
Creo que de un día para otro va a empezar a hablar bien. No sería la primera vez que un logopeda escucha esta frase. Podemos dejar de hablar de un momento a otro o empezar a hablar mal por una lesión cerebral o alguna alteración orgánica. Sin embargo, cuando existen dificultades en el lenguaje expresivo, normalmente se sigue un proceso que va de menos a más, a un ritmo más o menos lento, pero de forma progresiva. No debemos desesperarnos, ya que cada niño sigue, además, su propio ritmo de desarrollo y maduración. Conseguiremos mejores resultados si los motivamos, estimulamos y los acompañamos en este proceso ayudando a aprender de sus errores.
Los niños/as perciben la angustia en los padres y esto hace que se sientan más inseguros, haciendo que el aprendizaje sea más lento.
¿Cuánto va a durar esto? ¿Cuánto tiempo crees que será necesario? La pregunta del tiempo suele ser la que más escuchamos y, como en el caso anterior, tampoco tenemos una respuesta concreta. La efectividad de la intervención depende de muchos factores, no sólo del tiempo que pasa el niño/a en la sesión. El entorno familiar, la implicación de los padres, la edad del niño/a, mantener una comunicación eficaz con el centro educativo, etc., son algunos de los factores que influyen en este proceso.
Mi hijo/ya está bien, ya no tiene dificultades. El lenguaje es un proceso cerebral complejo que requiere de múltiples conexiones y que tiene varias dimensiones.
Debemos tener en cuenta muchos aspectos que influyen en la comunicación, ya que aunque el niño/a ya sea capaz de hablar, puede que no lo haga de forma eficaz. Debemos tener en cuenta muchos aspectos durante todo el desarrollo del niño/a, para prevenir situaciones de frustración, ya que pueden surgir nuevas dificultades cuando aparezcan situaciones comunicativas nuevas que el niño/a no pueda comprender bien.
Crear un clima de confianza y seguridad tanto con el propio niño/a así como con los padres es fundamental para obtener buenos resultados. La comunicación debe ser constante, analizando las dificultades y puntos fuertes de los niños/as de forma realista.
Sobre la autora:
Asunción Navajas Santos.
Logopeda. Col/29-1282
Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.
Técnico educación infantil.
Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología