BENEFICIOS DE LA LECTURA COMPARTIDA EN NIÑOS PREESCOLARES
El aprendizaje de la lectura es una destreza decisiva para el progreso de un niño y/o una niña a lo largo de la vida, pero no todos aprenden a leer correctamente ni se convierten en aficionados de la lectura con una correcta comprensión.
Según nos muestra la literatura científica, una de las prácticas que más influyen en la alfabetización temprana y en el posterior rendimiento y hábito lector es la lectura compartida. Esta consiste en la lectura en voz alta que un adulto realiza en compañía de un niño (generalmente prelector), empleando libros usualmente narrativos con ilustraciones.
La lectura compartida es considerada, por tanto, una de las actividades más importantes que los adultos pueden realizar con niños en edad preescolar por los beneficios que tiene en el desarrollo del lenguaje, aumentando considerablemente su vocabulario y estimulación de habilidades necesarias para el posterior aprendizaje de la lectura.
A continuación, os dejamos algunos de los factores que parecen aumentar su efecto beneficioso:
- Frecuencia: la lectura compartida realizada 3 o mas veces por semana se asocia a mejores resultados en comparación con una frecuencia de 2 o menos veces por semana. En cuanto al impacto de la repetición de un mismo libro en el aprendizaje de vocabulario, los niños y niñas que cursan educación infantil se benefician mucho más de las repeticiones, en comparación con niños de 1º o 2º de primaria.
- Edad de inicio: la recomendación que cabe hacer basada en la investigación en general es realizar la lectura compartida con un niño cuanto antes mejor, ya que es difícil predecir cuál es la edad ideal de comienzo. Leer a bebés de meses puede ser una práctica muy importante para la estimulación del lenguaje.
- Características de los libros: usar libros ilustrados con letras grandes y pocas palabras por páginas, donde exista relación entre el texto y las ilustraciones para apoyar el aprendizaje, así como la utilización de libros de gran tamaño.
- Interacción entre el adulto y el niño: numerosos estudios demuestran que la lectura interactiva (que incluye etiquetar, señalar, preguntar y participar en diálogos mientras se lee) es más efectiva en el aprendizaje de palabras nuevas. Además, destacar que la lectura compartida es una actividad social, donde la dimensión afectiva cobra especial importancia, creando un vínculo emocional entre el adulto y el niño y/o niña.
Finalmente, nos gustaría destacar que todos los niños y niñas pueden beneficiarse de la lectura compartida, incluyendo los diagnosticados de trastorno específico del lenguaje (TEL) o de discapacidad intelectual, autismo o trastorno generalizado del desarrollo.
Sobre la autora:
Elizabeth Torres Muñoz.
-Graduada en Psicología
– Máster en Necesidades Educativas Especiales
– Máster en Atención Temprana.