Ha llegado el verano, y muchos padres nos preguntáis que podemos hacer o que tipo de actividades debemos/podemos hacer con nuestros hijos durante el verano.
En muchos casos, a los padres les asaltan dudas acerca de que hacer o como hacerlo, no sabiendo muy bien si deben obligar a sus hijos a hacer deberes con idea de no perder el hilo de cara a la vuelta al cole; o bien, deben dejarlos descansar sin hacer nada durante todo el verano.
Hoy os vamos a hablar de cómo lo podemos hacer para que nuestros hijos disfruten del verano, sin perder el hilo de lo que han aprendido.
Las vacaciones de verano, son un período de ocio, que permiten al niño descansar y disfrutar de jugar o hacer cosas que les gustan. Sin embargo, también es importante fomentar con ellos en esta época, algunas actividades que les permitan continuar con su ritmo de aprendizaje. Cuando hablamos de aprendizaje, no solo nos ceñimos al aprendizaje que comúnmente conocemos, relacionado con lápiz y papel, cuadernos o libros de texto; sino que podemos hablar de aprendizaje y no necesariamente tener que estar todo el día haciendo deberes o estudiando.
Se puede aprender también a través de otras actividades que muchas veces durante el invierno no nos da tiempo hacer, y que ahora es un buen momento de ponerlas en práctica.
Por ejemplo, podemos aprovechar el período estival para llevar a cabo actividades como: cocinar, hacer manualidades, puzles, etc… es decir actividades a través de las cuales vamos a favorecer la atención, y a la vez podemos estar repasando cosas que hemos aprendido.
También podemos llevar a cabo ese aprendizaje en familia, algo que además de fomentar y enriquecer la relación familiar, va a transmitir a los hijos la importancia que los padres damos a un correcto aprendizaje. Por ejemplo es un buen período para realizar viajes culturales con nuestros hijos, visitar museos, contarles historias, dar paseos donde les expliquemos cosas de la naturaleza …..y a la vez repasemos lo aprendido, conectando lo que han dado en el colegio, con las vivencias que estamos experimentando en familia.
El aprendizaje empírico, que es aquel basado en la propia experiencia, es el más importante, y por supuesto el que mejor y más rápido se aprende. Es por ello que este verano, podemos empezar a ponerlo en práctica, unido a lo ya aprendido, para conseguir afianzar todos esos conceptos que hemos dado a lo largo del curso.
Por supuesto esto no está reñido con hacer alguna tarea de lectoescritura, de cálculo, comprensión lectora o razonamiento; pero que estas actividades, no supongan una carga para el niño. Importante que las realice porque quiere y le gusta, no por obligación, ya que de esa forma va a rechazar el hacerlas, y será más difícil poder captar su interés cuando intentemos enseñarle cualquier otra cosa, además de empezar ya el nuevo curso, con un importante rechazo a hacer los deberes.
Fdo. Pilar Muñoz Alarcón.
Psicóloga, especialista en Psicología Infantil.
Sobre la autora:
Pilar Muñoz Alarcón.
Psicóloga General Sanitaria.
Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.
Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).
Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.
Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).
Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.