Estimados lectores, hoy os vamos a hablar de que es el cociente intelectual (no coeficiente), cómo lo medimos los psicólogos, y para que nos sirve conocerlo.
El cociente intelectual o CI, es una medida de la inteligencia. Se trata del producto de dividir la edad mental por la cronológica y multiplicarlo por 100. El resultado obtenido de esta operación es lo que se denomina cociente intelectual. Pero el número en sí sólo es significativo en comparación con los resultados obtenidos por la media de la población de origen. Así, cuando hablamos de CI, estamos en realidad haciendo una comparación entre el rendimiento propio, con el de la mayoría de individuos de la misma edad.
Los tests de inteligencia, empezaron a desarrollarse en Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial para examinar a los nuevos reclutas, y analizar qué capacitación tenían a la hora de entrar en el ejército. Actualmente utilizamos los tests de inteligencia para analizar la capacidad cognitiva que tiene la persona en función de las diferentes áreas que la componen. De esta forma nos podemos encontrar con personas que pueden tener una muy buena comprensión verbal, pero dificultades en el razonamiento perceptivo; o personas con una buena velocidad de procesamiento, pero problemas en su memoria de trabajo. Los test de inteligencia, nos permiten conocer cuáles son los puntos fuertes y débiles de las personas a la hora de enfrentarse a tareas que impliquen cognición.
Uno de los test más conocidos y estudiados para medir el CI, son las escalas de Wechsler. David Wechsler fue un psicólogo que estudió a fondo la inteligencia y desarrolló una serie de escalas que permitían medirla. La primera escala diseñada por Wechsler fue la WAIS, en 1939.
Wechsler diseñó esta escala para saber más acerca de sus pacientes en la clínica Bellevue Psychiatric Hospital, al encontrar insatisfactoria, la entonces escala que media la inteligencia.
De la escala de adultos se derivaron después las escalas de Wechsler de inteligencia para niños.
Actualmente las escalas de Wechsler son las más utilizadas para analizar el cociente intelectual de la persona, tanto en edad infantil (WPPSSI), como en niños y jóvenes (WISC) y en adultos (WAIS).
En el caso de la inteligencia, la media se hallaría en el valor 100 y contamos con una desviación típica de 10. Ello indica que personas con un CI entre 90 y 110 seguirían teniendo una capacidad intelectual dentro de la media.
Las personas que se alejan más de 10 desviaciones típicas (es decir, con un CI por debajo de 70 o por encima de 130), presentarían por tanto, unas capacidades sensiblemente alejadas de las de la mayoría de la población, pudiendo mostrar desde una discapacidad intelectual, a una sobredotación.
CI | Clasificación |
130 y más | Muy superior. |
120-129. | Superior. |
110-119. | Normal- Alto. |
90- 109. | Normal. |
80-89. | Normal- Bajo. |
70-79. | Inferior. |
69 y menos. | Deficiente. |
Sin embargo a pesar de que los psicólogos utilizamos bastante la medida del CI a la hora de analizar la capacidad cognitiva de la persona, el uso del cociente intelectual como medida de la inteligencia ha sido polémico y controvertido desde sus inicios.
Ello se debe en primer lugar porque el concepto de cociente intelectual se fundamenta en la concesión de la inteligencia como una capacidad general. Además la medida de la inteligencia puede verse afectada por sesgos culturales y características de la personalidad, por lo tanto las habilidades necesarias para adaptarse a un entorno, van a variar según estas características.
A pesar de ello, hemos de decir que las escalas y herramientas que utilizamos para valorar el cociente intelectual tanto en niños como en adultos, están actualmente bastante estudiadas, y nos aportan como hemos comentado al principio, mucha información de que áreas cognitivas pueden estar más afectadas a la hora de que la persona se enfrente a determinadas tareas.
Medir la inteligencia en niños, sobre todo cuando estos presentan dificultades de aprendizaje, TDAH o algún otro tipo de dificultad; nos aporta bastante información acerca de cómo son sus procesamientos cognitivos y de qué manera podemos enfocar la intervención terapéutica.
Desde el centro Ábaco, animamos a todos aquellos padres cuyos hijos puedan presentar algún tipo de dificultad, a que realicen una evaluación de su inteligencia para conocer cómo son sus habilidades cognitivas.
Fdo. Pilar Muñoz Alarcón.
Psicóloga General Sanitaria.
Col. Nº AN-05413.
Sobre la autora:
Pilar Muñoz Alarcón.
Psicóloga General Sanitaria.
Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.
Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).
Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.
Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).
Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.