Un niño está sentado a una mesa dibujando con un bolígrafo. Un adulto cercano sostiene un portapapeles y un bolígrafo, observa al niño y posiblemente toma nota de factores para la terapia. Hay bloques de colores esparcidos sobre la mesa.

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA TERAPIA

Estimados lectores, hoy os vamos a hablar de las últimas investigaciones que se han hecho acerco de los procesos de intervención terapéuticos, y de las habilidades que debe poseer un terapeuta para llevar a cabo la terapia.

 

En las últimas investigaciones acerca del éxito a la hora de llevar a cabo una terapia, se ha obtenido como resultado que el éxito de la terapia no depende del terapeuta, sino del paciente , así como de otros factores.

El éxito de una terapia depende del paciente en un 40%, es decir, de su entorno y de la propia personalidad del paciente. El terapeuta tiene su papel a la hora de realizar una intervención, determinado por los factores del paciente.

La relación con el terapeuta influye en el resultado de la terapia en un 30%. Saber comprender, animar y crear un clima de confianza y seguridad, así como las actividades que se realizan dentro de la sesión o los objetivos que se planifican llegando a un acuerdo con el paciente son hechos que van a favorecer la relación entre ambos, facilitando el éxito.

El efecto placebo o esperanza que tanto terapeuta como paciente tienen de que la terapia les está siendo de ayuda, constituyen el 15%, sobre todo al inicio de la intervención. El último de estos factores sería la técnica utilizada, influyendo también un 15% en el resultado último de la terapia.

 

Otro aspecto relacionado con el éxito de una terapia psicológica es, si llevar a cabo una intervención para solucionar un problema es eficaz o no, siendo el resultado positivo, ya que se ha demostrado que los pacientes que reciben intervención evolucionan mejor que los que no la reciben y los efectos son, además, duraderos.

Para que estos resultados sean eficaces, el paciente debe estar motivado y creer en lo que está haciendo, creando expectativas realistas en todo momento.

La comunicación terapeuta-paciente debe ser eficaz. Una forma de lograr esto, es consultar con el paciente los objetivos de la terapia, si observa mejoría o como podríamos mejorar y si se están cumpliendo sus expectativas.

 

La experiencia del terapeuta no es un factor decisivo a la hora de lograr los objetivos propuestos. Es más importante crear una buena relación con el paciente para poder activar los procesos que le van a permitir superar sus dificultades en el día a día, es decir, ayudarle a encontrar las mejores estrategias y establecer las condiciones bajo las que obtener los resultados esperados. Así, es el paciente el que genera su propio cambio una vez que hemos encontrado el camino adecuado. Este esfuerzo por parte del paciente, se ha demostrado esencial para superar las dificultades.

Por lo tanto, la capacidad de involucrarse por parte del paciente, así como la relación que establezca con el terapeuta, son dos de los factores con más peso para lograr el éxito en la terapia.

Las técnicas de intervención no dejan de ser eficaces, pero, para ello, debemos preguntarnos por qué el paciente busca terapia. Dependiendo de la respuesta, podemos utilizar una y otra técnica.

 

No se trata de poner una etiqueta al trastorno o problema que presenta el paciente. Aunque es cierto que conocer el trastorno o la categoría dentro de la cual lo podemos definir, puede servir de gran ayuda para conocer mejor sus características y pronóstico a la hora de planificar una intervención, si además contamos con la participación activa del paciente y no solo lo consideramos como alguien que tiene que cumplir unas normas, los resultados son mucho más eficaces.

 

Para esto es necesario desarrollar empatía, tanto por parte del terapeuta como del paciente.

 

Puede que algún ejercicio que no funcionaba al principio, ya que aún no se había establecido una adecuada relación paciente-terapeuta, funcione más tarde cuando esta relación ya esté establecida.

 

Es por tanto que el éxito de una terapia, no radica tanto en la formación del terapeuta sino en las capacidades de éste, que unidas a las características del paciente y el contexto van a favorecer el éxito de la terapia.

 

Fdo. Pilar Muñoz Alarcón y Asunción Navajas Santos, en colaboración con Elisabeth Torres Muñoz.


Sobre las autoras:

Pilar Muñoz Alarcón.

Psicóloga General Sanitaria.

Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.

Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).

Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.

Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).

Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.

 


Asunción Navajas Santos.

Logopeda. Col/29-1282

Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.

Técnico educación infantil.

Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología

 


Elizabeth Torres Muñoz

Graduada en Psicología  – Máster en Necesidades Educativas Especiales – Máster en Atención Temprana.