Estimados lectores, hoy os vamos a hablar de que es la psicología inversa, con que personas es más efectiva y en que casos podemos aplicarla.
Hablamos de psicología inversa cuando utilizamos una técnica de persuasión consistente en influir, para que una persona haga algo que es justamente lo contrario de lo que se le propone. Al usar la psicología inversa, decimos lo contrario de lo que queremos conseguir y provocamos que por reactancia, la persona haga lo que esperamos. Esta técnica se basa en la premisa de que lo prohibido, atrae, y por lo tanto es lo que queremos hacer, por lo que funciona muy bien en aquellas personas que tienden a responder de forma defensiva, ya que casi siempre se sienten atacadas.
Las personas rebeldes se caracterizan por una alta reactancia cognitiva, es decir: se sienten coartados con frecuencia en su libertad y suelen reaccionar defensivamente. Es por ello que en personas rebeldes, desafiantes, con fuerte carácter, impulsivas y con baja capacidad de control, la psicología inversa es muy efectiva, ya que a este tipo de personas nos les gusta que le digan lo que tienen que hacer, reaccionando justamente haciendo lo contrario de lo que se les pide, pues así consiguen reafirmar su autonomía y tener el control.
Esta técnica sin embargo, no se puede utilizar de forma constante, pues deja de tener eficacia, y en el caso de los niños, además, corremos el riesgo de que termine dándose cuenta de nuestro juego.
Pues bien, ¿cuando podemos utilizar la psicología inversa con nuestros hijos?. Hoy os vamos a dar algunos trucos de situaciones en las que la psicología inversa puede funcionarnos:
- En el momento en el que la razón ya no convence a tu hijo. Cuando hemos intentado negociar con nuestro hijo y no hemos conseguido lo que queríamos, siempre que no corra peligro lo que va a hacer, podemos ofrecerle que haga lo contrario a lo que le habíamos pedido. Como hemos comentado muchas veces, es importante que nuestros hijos se equivoquen, por lo que podemos darles la razón para hacer algo, si vemos que no atiende cuando le decimos que no lo haga. De esa forma cuando cometa el error, recordará que previamente le habíamos dicho que no lo hiciera. Un ejemplo muy claro es cuando le pedimos a nuestro hijo que haga los deberes y se ponga a estudiar y nos dice que no. En ese momento podemos decirle; perfecto pues no los hagas, llévalos mañana a clase sin hacer; y esperar a ver que como reacciona. En el 90% de los casos, se ponen a hacer los deberes sin rechistar.
- Con hijos adolescentes. La psicología inversa funciona muy bien con adolescentes, ya que durante el período adolescente, como sabemos, somos rebeldes, por lo que tendemos a hacer justamente lo contrario de lo que nos dicen.
- Con niños pequeños que suelen tener rabietas e intentan salirse siempre con la suya. En este perfil de niños funciona muy bien la psicología inversa, ya que les da la sensación de que se han salido con la suya. Además con un perfil de niños que suelen tener dificultades en la gestión de emociones, es incluso recomendable darles la razón o decirles justo lo contrario de lo que esperaban oír, ya que de esa forma evitamos que su conducta se convierta en una llamada de atención constante.
- Otra forma de utilizar psicología inversa con nuestros hijos es proponerles dos o tres opciones para que ellos crean que pueden elegir, aunque realmente seamos nosotros los que le estamos planteando la elección. Por ejemplo les podemos decir, puedes elegir entre brócoli, zanahorias o espinacas. Ellos creerán que quienes eligen son ellos, y que son ellos quienes se están saliendo con la suya, aunque en realidad seamos nosotros los que controlemos lo que está comiendo.
Desde aquí os invitamos a probar alguna vez la psicología inversa, aunque no abuséis mucho de ella porque puede dejar de tener el efecto que esperamos.
Fdo. Pilar Muñoz Alarcón.
Psicóloga, especialista en Psicología Infantil.
Sobre la autora:
Pilar Muñoz Alarcón.
Psicóloga General Sanitaria.
Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.
Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).
Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.
Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).
Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.