Una mujer sentada ante un escritorio cubierta de notas adhesivas, parece abrumada. Está frente a una computadora, con más notas adhesivas en la pared detrás de ella, profundamente inmersa en su cultura de ocupación diligente.

LA CULTURA DE LA OCUPACIÓN

Estos días estamos visualizando, diferentes formas de vivir la situación de confinamiento, entre ellas muchas de las personas dedican su tiempo a estudiar, cocinar, limpiar, hacer deporte…etc.

La situación se está convirtiendo en cumplimentar tu día, en una obligación y una ocupación, tener que ocupar tu tiempo completo con todo tipo de actividades, sentir que si los demás ocupan su tiempo tú lo estás perdiendo.

En este caso cometemos errores cognitivos, estos errores en parte viene impuesto por la sociedad actual, la cual nos dice que tenemos que aprovechar el tiempo, no perder ningún momento en tonterías o historias (que para nosotros son ocio), que perdemos la vida y no la aprovechamos. De forma que nos vemos envueltos en días completos de confinamientos ocupados al 90% con actividades y el otro 10% sintiéndonos mal por no haber hecho un poco más.

Darle espacio a la imperfección para poder disfrutar de los momentos

Estar en casa confinados no significa que tenga que ocupar todo mi tiempo realizando actividades las cuales no me apetece hacer, puedo tomarme un tiempo, puedo descansar o puedo pensar en otras alternativas que no sean limpiar y organizar. Es muy importante realizar actividades y tareas diarias, pero igual de importante es recordar que no pasa nada si un día decido no hacer nada, si un día necesito llorar, si un día necesito descansar para procesar todo lo que nos está ocurriendo, ofrecernos tiempo a nosotros mismos es igual de importante que aprovecharlo para los demás. Recuerda, no todos asimilamos la realidad del mismo modo o igual de rápido, y eso no significa ser incompetente, que no aproveches el tiempo o que estés malgastando tu vida, simplemente son formas diferentes de asimilar y afrontar una misma realidad, pero no por ello peores. Recuerda que ante todo somos seres humanos con sentimientos y que en estos momentos todos se encuentran mezclados (miedo, tristeza, incertidumbre, soledad…)

La situación que estamos viviendo de confinamiento inevitablemente va a tener una afectación en nuestra mente que va a ser impactante. Emociones que no podemos cambiar, sino asimilar, aceptar. Lo que si podemos modificar es nuestra actitud frente a estos estados emocionales. Recordar que la felicidad se basa en momentos, no podemos ser ni exigirnos estar bien y felices todo el tiempo, la felicidad son momentos concretos no permanentes, porque están basados en emociones y estas son cambiantes no permanentes.

¿Qué podemos hacer frente a las situaciones de saturación y agobio?

 

  • Explora tus emociones y pensamientos, acepta esas emociones y dirige tu actitud hacia tareas o actividades que te hagan sentir mejor.
  • Piensa que es lo realmente importante y necesario para ti, lo demás puede esperar.
  • Date permiso para atender tus necesidades. Sean las que sean.
  • Quítate todo lo que te sobra, céntrate en las tareas importantes y que son necesarias.
  • No seas cruel contigo mismo.
  • Puedes descansar.
  • Permítete hacer actividades que te gustan.
  • Exprésate y habla con claridad sobre lo que sientes con los demás. Pon nombre a tus emociones.
  • Permítete no estar al 100% todo el día.
  • Es lícito equivocarte, no saber la respuesta correcta, ni lo que va a ocurrir.
  • Puedes ser terriblemente imperfecto, recuerda que la verdadera belleza del ser humano reside en equivocarse y aprender.

 

Fdo. Mª Carmen Rodríguez Álvarez.

 

 


Sobre la autora:

María del Carmen Rodríguez

Licenciada en psicología.
Master en estudios avanzados en cerebro y conducta.
Habilitada en psicologia general sanitaria.